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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-12-1972 página 80
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-12-1972 página 80

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TEATRO (HISnifflA DE DN SOLDADO) EN EL PEODENO TEATRO DE MAGALLANES Llovet no encontró la puerta de su Sócrates El experimento del Magallanes no ha convencido plenamente La revista A vivir de I cuento alcanza las 2.000 representaciones: celebración con fiesta. p N el mundo anecdótico del teatro hay que registrar un suceso curioso. No compareció Enrique Llovet, el autor de Sócrates estrenado por Marsillach en el teatro de la Comedia para recoger los aplausos, cuando los aplausos reclamaban su presencia, al lado de los actores que tan brillantemente habían dado vida al espectáculo. Se atribuyó en algún caso esa ausencia a una modestia excesiva. No hubo tal modestia. Sencillamente: Llovet, a la hora de ir hacia el escenario, no encontró la puerta de acceso. El hecho se explica. El decorado de Sócrates se limita a unas paredes y un techo de blancura refulgente, realizados con material plástico. Las tres paredes y el techo parecen fundidos- -aunque no lo sean- -en una sola pieza. La caja no tiene, pues, más que un frente libre: el que da cara al público. Indudablemente, en alguno de los laterales o al fondo había disimulado una puerta de acceso al escenario, pero Llovet la buscó y no la encontró. El público aplaudía una y otra vez, MarsiItach y sus actores contestaban a ias ovaciones... y Llovet buscaba en la oscuridad una puerta que no encontraba. Finalmente, el telón descendió definitivamen- haya alcanzado durante ella nada menos que la cifra de 2.000 representaciones. A vivir del cuento fue uno de los grandes éxitos de Muñoz Román en el teatro Martin. La obra tuvo larga vida en ése y otros escenarios españoles. Recientemente volvió a la sala de la calle de Santa Brígida, sala clásica de esa especialidad, con un público también muy clásico y apegado a ios libretos, donde el enredo y el casticismo dan origen a que unas muchachas entonen canciones de diverso cuño y haya muchas luces, muchas plumas, muchas piernas al aire y muchos movimientos de folklore tropical. Con la vedette Addy Ventura al frente, la compañía del Martín recordó que en la función del viernes por la noche A vivir del cuento lograba nada menos que 2.000 re- CINE (FUENTHWÜVNA) PARA TELEVISIÓN Y Merece un espedid comentario DÍirio de una esquizofrénica Tanto el tema como el pulso con que está llevado a la pantalla dan por resultado un relato singular por su veracidad y alcance psicológico. Fuenteovejuna traslada la clásica obra española a la pequeña pantalla, y luego la derrama en la grande. DIARIO DE UNA ESQUIZOFRÉNICA Nelo Risi obtenía con Ondata di calore el más alto galardón del festival de San Sebastián en 1970. Sin embargo, la película, recompensada merecidamente y comentada entonces por nosotros en estas páginas, no ha sido estrenada aquí hasta la fecha, al parecer por impedirlo nuestra paternal censura, que vela sobre los adultos como si fueran infantes. Diario de una esquizofrénica es anterior a Ondata di calore Fue presentada en la Mostra de Venecia en 1968. Nelo Risi no es un cineísta de obra copiosa, pero, en cambio, elige cuidadosamente ios asuntos y los estudia en profundidad. Risi, Neio Risi, aparte realizador cinematográfico, e s poeta, escritor y médico. Y lo último hemos de subrayarlo al tratar de la película que ahora comentamos, extraída del libro, en el que hay tanto de autobiográfico, de Marguerite Andree Schenaye. Ana es una chica de diecisiete años que padece una esquizofrenia grave. Los médicos consideran que no tiene cura. Se halla inmersa como en un abismo de mansos delirios. Oye voces, que sólo suenan en sus oídos, y siente esa proclividad a la autodestrucción que empuja a los enfermos como ella. El padre busca incansablemente un resquicio de esperanza. Los tratamientos de reputadas clínicas no han dado resultado con su hija. Casi sin ilusión la lleva a un sanatorio de Lucerna que tiene fama de aplicar los más modernos tratamientos a sus pacientes. En efecto, en él hay una doctora célebre, que se llama Blanca, que, aparte sus profundos saberes en la enfermedad, posee una admirable paciencia, una ternura y un espíritu de iniciativa inagotables. Nelo Risi- -de ahí la importancia de que además de cineísta sea médico, por lo que a Tamayo y Sorozábal, junto a los intérpretes de La Tabernera del Puerto saludan al público tras la presentaciéin de la o b r a te, y el autor, que había venido desde Buenos Aires para asistir al estreno en Madrid de su Sócrates y a recoger el premio de los aplausos, si los aplausos se producían con el entusiasmo suficiente, regresaba horas después a la capital argentina sin haber tenido la gran satisfacción de agradecer con su presencia en escena la excelente reacción de los espectadores. En el Pequeño Teatro de Magallanes, 1, los jóvenes de este equipo estrenaron una versión teatral de Historia de un soldado de Ramuz- Strawinsky. Ramuz fue un escritor helvético que, sin moverse apenas de su tierra, trazó atgunas novelas de trasfondo bucólico. Uno de sus cuentos, casi para niños, es justamente la Historia de un soldado a quien el diablo rot a su violín mientras aquél marcha de regreso a su aldea. Strawinsky compuso un encantador poema sinfónico sobre el tema que el había cautivado. Y el Pequeño Teatro quiso dar al relato literario vida teatral con un fondo de música que es partitura de Strawinsky. Pero el experimento no ha complacido a todo el mundo. La semana teatral madrilefía no ha registrado acontecimientos de mayor importancia. Pero si cabe anotar que una revista presentaciones. Anunció la efemérides, adornó la sala con guirnaldas, y Addy Ventura y todos los miembros del reparto se entregaron a recordar, reviviéndolas, las mejores noches del Martín. En el fin de fiesta, que terminó cerca da las tres de la mañana, colaboraron muchos artistas de mérito: el gran Pajares, siempre ocurrente; Juanito Valderrama, por quien no pasan los años; los Rocieros de Huelva, Marisol Reyes, Dolores Abril... En la historia del teatro lírico específicamente español, que es la zarzuela, se recordará en su día el nombre de Tamayo, el hombre que se lanzó en su momento a revalorizarlo, limpiándolo de telarañas y dejándolo con sus méritos bien visibles, tal como hacen los restauradores de cuadros semiborrados por la suciedad y el abandono. La tabernera del puerto de Sorozábal y Romero y Fernández Shaw, volvió ahora al teatro de la Zarzuela en una verssión teatratmente impecable y con todos los pequeños aditamentos que refuerzan el texto y la melodía. El éxito fue clamoroso. La tabernera del puerto no sólo no ha envejecido, sino que ha perdido años, y unas veces con Angeles Chamorro y otras con Josefina Meneses levanta el entusiasmo de los espectadores. A. P. Una escena de Historia de un soldado de Ramuz- Strawinsky. 80

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